martes, 13 de septiembre de 2005

Primavera en otoño

La nueva Montedemo está comenzando a florecer, después de años de abandono. Con la revitalización de las nuevas reglas -la 5ª edición, espero añadirle un nuevo empuje que la haga despertar definitivamente. De momento estoy digiriendo estas nuevas reglas -y traduciendo del inglés aquello que los jugadores vayan a utilizar. Ya tengo pasadas al castellano las Virtudes, espero que para fines de esta semana, los defectos. Las competencias practicamente bastará con editarles el nombre, pues apenas han cambiado y pódré utilizar lo que ya traduje en su momento para la 4ª edición. No se que hacer con los hechizos :(

Por ahora estoy manteniendo el nombre de las Virtudes en inglés, añadiendo la traducción al castellano. Así mis jugadores se acostumbran a su término original y podré usar el Metacreator para actualizar y llevar el control de sus fichas (la idea es crear el personaje directamente con el programa y que luego se pasen ellos manualmente el resultado a sus fichas "personales". Paralelamente, estoy revisando y reescribiendo el historial de Duncan de Tremere, incluyendo los dos relatos jugados con él, a modo de crónica intruductoria de la serie de relatos que van a jugar con él y Aebia como magos en su largo y accidentado periplo hacia Montedemo. Debido a su origen escocés, me leí a fondo el Lion of the North para adecuar su historial al trasfondo del Tribunal de Loch Leglean. Tendré que mirarme bien el Faeries cuando quiera arreglar el de Aebia de Merinita.

Con Duncan me he quedado atascado en el relato primero que jugó, El Ocaso de los Malditos, ambientado en el País Vasco, y en el navarro Valle de Baztán, con los agotes y las cuevas de Zugarramurdi como elementos clave. Hace mucho que jugamos aquella partida, ni siquiera tenía ordenador así que el relato lo escribí en una libreta -que afortundamente conservo, pero que no contaba con la riqueza de datos con que llené las siguientes. Tampoco se registró lo que aconteció, y aunque a grandes rasgos me acuerdo, ahora mismo he olvidado algunos detalles, mas o menos claves, para que el relato resultante tenga coherencia. En fin, que ya veremos como sale. Con el relato de los Tres Anillos, en cambio, es justo lo contrario, el módulo me quedó tan detallado que la información... sobra ;0p

1 comentario:

Lord Edgar R. Crossbower dijo...

Mi muy estimado narrador nigromantés, ya sabe usted que si necesita que se refresque algo de su memoria sobre las andanzas de ese magucho de capa raida que vino de las islas del norte, no tiene más que decirlo y le ayudaremos en todo lo que podamos.
Sin más, le saludo y que esta aventura le traiga muy buenas experiencias jugables... o no.