Nochevieja en el Palacio de Invierno: las afotos (Parte 1)
Aunque recomiendo encarecidamente la lectura de lo que ocurrió realmente aquella nochevieja de 2006-7 en esta página, os muestro algunas instantáneas de la fiesta épico-decadente en todo su explendor.
Nos desplazamos hasta Sella, lugar donde tendría lugar la cena de marras, en el coche de Tomás. Ibamos allí el señor Paqüito, la señorita Macarralu y un servidor de ustedes, el señor Robin. Llegamos y dejamos el coche justo en la puerta de la casa donde habitan la señá Pilar (madre de Carlos y anfitriona donde las haya) y empezamos a sacar todas las cositas de comer y beber. Las fuimos subiendo a la terraza, lugar preparado para que hiciéramos la cena y pasáramos la fiesta. Allí estaba esperandonos el Juanito, ex-marinero y cacho-de-carne-con-ojos al que le une una amistad con más o menos roce con nuestro Carlos, a pesar de que es de Algeciras y según Paqüito, es negro... Carlos llegaría un poco más tarde de su trabajo en la recepción del camping donde actualmente está encerrado día sí y día también por lo que nos pusimos manos a la obra para preparar los aperitivos y la mesa para el momento en el que llegara el anfitrión ponernos rápidamente a cenar. Por su parte, Pilar y Juanito habían estado preparando un par de redondos de ternera al horno que serían el plato principal de aquella cena.
Al rato apareció Carlos con su trajecito de recepcionista y después de los saludos y ponerse más cómodo nos sentamos a la mesa a empezar a zampar. Las tablas de quesos y pateses cayeron rápidamente y estábamos preparandonos para empezar a hincarle el diente a los redondos de ternera cuando nos dimos cuenta de que teníamos que recoger los bártulos y correr hacia la plaza del pueblo porque ya eran los 23:45 horas y no nos iba a dar tiempo a comernos las uvas. Llegamos justo a tiempo para sacar los paquetitos con las uvas de mesa del Vinalopó y comenzó un jolgorio y un follón con los cuartos, las enteras y la mare que els va parir a tots, que unos habían terminado antes de tiempo y otros aún ni habian empezado... Tras esto se sacaron botellas de sidra y de cava y a brindar todo el mundo con todo el mundo, besos y abrazos y muchas esperanzas puestas en el año nuevo que acababa de empezar. Tras este paripé nos volvimos por donde habíamos venido y a seguir comiendo, que teníamos la mesa repletita de viandas y la carne no se la saltaba nadie, que estaba la mar de rica y jugosa. Después de la cena, empezamos a recoger un poco los bártulos y sacamos los licores, alcoholes varios y comenzó la parte amena de la noche: meternos con Juan (algo de lo que Tomás hace un arte).
3 comentarios:
Doy fé de que todo lo dicho arriba es cierto y el pedal que agarré, también.
Ah, ¿y la Segunda Parte? Ocurrió algo de lo que no me enteré? :op Tan pedo iba?
Hombre, luego tuvimos el paseillo revaival-aurora por las callejuelas de Sella... Tiempo al tiempo, que se subirá el post y las afotos que blogger me deje colgar.
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